La velocidad a la que caminas puede revelar información profunda sobre el ritmo de envejecimiento de tu cerebro: los caminantes más lentos tienen cerebros más pequeños y diferencias fundamentales en estructuras cruciales.
Puede parecer trivial, pero la velocidad con la que puedes caminar del punto A al B puede revelar mucho sobre el funcionamiento interno de tu cuerpo y de tu mente.
Las investigaciones han demostrado que la velocidad a la que caminas hacia las tiendas, el parque local o la parada del autobús puede predecir tu probabilidad de ser hospitalizado, sufrir un ataque cardíaco e incluso morir.
De hecho, la velocidad de marcha de una persona puede incluso utilizarse para revelar su tasa de envejecimiento cognitivo.